martes, 18 de marzo de 2008

Las enseñanzas del asiento de atrás

Sentarse en el asiento de atrás brinda enseñanzas importantes. Por ejemplo, uno ve hacia dónde apunta su mirada el conductor en un semáforo en rojo. También se puede apreciar la verdadera conversación que se lleva a cabo entre el conductor y el acompañante. Además es una experiencia real sobre discriminación, porque los asientos de atrás siempre son más incómodos que los de adelante. Y el espacio para acomodar las piernas también es más pequeño atrás, lo que da un poder de adaptabilidad muy útil. Si no es muy transitado, el sector de atrás es una especie de depósito o basural, y hacerle una pasada visual o táctil puede resultar muy ecológico, por las cosas que pueden reciclarse al ser encontradas.
En fin, el asiento de atrás es un gran maestro, y quienes buscan ir siempre adelante, se lo pierden.

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