sábado, 27 de agosto de 2011

Una visita inesperada


Bajaba en un ascensor y paró en el segundo piso. Subió un señor mayor de anteojos... de marcos gruesos... como más lo recuerdo a mi abuelo. Muy sonriente y con una dulzura increíble me dijo: "Me saco la gorra, como se hacía antes. Antes, cuando uno subía a un ascensor, se sacaba el sombrero". Se lo sacó y... tenía el pelo blanco engominado... como tenía mi abuelo. ¿Casualidad que haya pasado en este momento? Yo diría que Tatá pasó a saludarme... electrificante.

No hay comentarios: