domingo, 26 de agosto de 2007
Mientras no tengo la púa ni el sintoamplificador
Me imaginaba que reencontrarme con los discos traería recuerdos que ya no existen en lo cotidiano. Finalmente me senté en el piso y empecé a saludarlos, uno por uno. Algunos me trajeron recuerdos del amor cuando uno empieza a descubrir lo que es ser vulnerable; otros del dolor que viene de la mano del amor a pura víscera. Otros discos me trajeron imágenes de fines de semana enteros escuchando música… sola, con mi hermano, con amigos. Las canciones decían lo que nosotros no podíamos decir, explicaban lo que no entendíamos, nos distraían de lo que no tenía sentido, nos abrazaban cuando parecía no haber alas. Discos que marcaron épocas en las que yo aún no existía, discos que nunca escuché, discos en los que nunca me había detenido mucho tiempo y que ahora son los primeros que quiero escuchar, discos que me despiertan una sonrisa llena de ternura al preguntarme cómo pude haberlos elegido alguna vez.
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